Maracay 9 de abril de 2014 |
La violencia sexual en escenarios de guerra, como en Ruanda (1994) y Bosnia (1992-1995) tuvo como objetivo castigar, intimidar, coaccionar, humillar y degradar a la población. Se trata de un crimen, de una práctica naturalizada en contextos de guerra y de conflictos armados. El Estatuto de Roma - creado por la Corte Penal Internacional (1998) - finalmente asume visibilizar esta “costumbre” como un delito grave y lo sanciona tardíamente como parte de una deuda histórica imposible de reparar decentemente. En dicho estatuto se consolidan avances sobre el concepto de derechos humanos. Una muestra de ello, es la calificación de la violencia sexual considerada por décadas un crimen contra la dignidad de las personas, en cambio, en el Estatuto de Roma, de acuerdo a las circunstancias, se considera que puede constituir un crimen de lesa humanidad, un crimen de guerra o ambos a la vez. Mujeres de todos los países y de distintas épocas tienen historias personales y colectivas pendientes por contar, delitos contra ellas por denunciar, demandar y exigir justicia. Un hecho que no expira en la conciencia mundial: Las mujeres coreanas fueron esclavizadas sexualmente por el ejército nipón durante la II Guerra Mundial (1939-1945). Un movimiento internacional apoya a las mujeres coreanas demandantes que después de casi 70 años, aun manifiestan ante la embajada japonesa en Seúl, reciben miles de cartas de apoyo que trasladan con carretillas, y por encima de los años y los intentos de olvido, exigen justicia hasta el final. Sí hasta el final que no llega, para vergüenza de la humanidad. Corea del Sur llevará a la próxima Asamblea General de Naciones Unidas su demanda. Se calcula que hasta 200.000 mujeres de países ocupados por Japón, más de la mitad coreanas, fueron forzadas a prestar servicios sexuales a los soldados imperiales nipones en burdeles militares.
“ Recordamos que hubo una violencia misógina sistemática generalmente manifestada como violaciones sexuales, porque hasta hoy se sigue denunciando que durante la dictadura más de 3000 mujeres fueron víctimas de violencia sexual por parte de diversos agentes del Estado, porque hasta hoy solo se han presentado cinco querellas criminales, solo cinco de más de tres mil. "Trataban de mofarse y degradarte a través de tu cuerpo, por el hecho de ser mujer". "Te degradaban desde el punto de vista sexual, diciéndote que eras una puta". "Tendrías que haber estado en tu casa, como hacen las buenas mujeres, nos decían". "Nos castigaban por ser 'malas madres' y nos decían cómo se nos ocurría andar metidas en cuestiones políticas", comentan algunas de las mujeres que sufrieron violencia sexual durante el gobierno militar.” Carolina Carrera , presidenta de la organización Corporación Humanas, manifestó hace unos meses que la violencia sexual como tortura fue una práctica permanente durante la dictadura, y que hoy se repite con los casos de violencia sexual policial sufrida por jóvenes mujeres estudiantes en el contexto de las movilizaciones sociales que luchan por una educación gratuita y de calidad. https://feministas.lamula.pe/2013/09/11/la-dictadura-contra.../feministas Todas las historias se parecen. Por eso vemos con inquietud y preocupación las denuncias de mujeres jóvenes y adultas ahora extendidas hacia los hombres jóvenes y adultos que durante estos meses de conflicto, derivados de las movilizaciones sociales en el país, han sido víctimas de amenazas de violación sexual, - mientras un joven la ha denunciado - lo que afirma o demuestra que se trata de un tema que, lamentablemente, circula en la mentalidad de una parte de la población masculina, en este caso autoridades encargadas de proteger a la ciudadanía; se trata de un discurso que se pone en juego a la hora de demostrar el poder, de amedrentar y someter, la hora cumbre del ejercicio de la violencia patriarcal: contra los cuerpos, contra la sexualidad. |